6 abr 2010

¿Criaturas de lo más elocuentes?

com-animal
Siempre se ha dicho que hay animales a los que únicamente les falta hablar, y es verdad si con ello nos referimos a un lenguaje complejo y articulado como el de los humanos. Pero hay muchas especies capaces de comunicar ideas o conceptos básicos por medio de señales sonoras, visuales u olfativas con las que advierten, señalan o amenazan.

Así, las abejas se sirven de una peculiar danza para indicar dónde se encuentran determinados tipos deflores; las hormigas basan parte de su compleja organización social en un idioma que les permite reconocerse y transmitir órdenes con sus antenas, y las ballenas jorobadas y los delfines poseen todo un universo sonoro lleno de información.

Hace unos años se habló de Kanzi, una cría de bonobo que era capaz de entender 125 palabras –café, manzana, bueno…– y articular frases sencillas con ellas utilizando tarjetas o accionando unos pulsadores con los que las combinaba; frases como “el perro muerde” y “echo agua en la leche”.

Recientemente, un equipo de científicos ha hecho un singular descubrimiento relativo a los monos de Campbell. Karim Ouattara y Alban Lemasson, del Laboratorio EthoS, en la Universidad de Rennes (Francia), y Klaus Zuberbühler, de la Universidad St Andrews, en Escocia, que llevan años estudiando a estos primates en el parque nacional Tai de Costa de Marfil, han conseguido clasificar los gritos de llamada de los machos en seis tipos –hok, hok-oo, krak, krak-oo, wak-oo y boom y relacionarlos con determinados peligros. Krak, por ejemplo, es lo que se chilla cuando aparece un leopardo, y hok, cuando se trata de un águila, mientras que wakoo avisa de un peligro más indefinido. Las variaciones de estas seis llamadas permiten más de veinte alertas diferentes, entre otras la que señala la caída de un árbol, que se traduce con una serie de boom seguida de unos pocos krak-oo.

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